Transformar el sufrimiento en una herramienta de evolución

Cómo transformar el sufrimiento en una herramienta de evolución

Es posible que la palabra alquimia te remonte a algún proceso químico para transformar elementos en otros. Pues aparte de ello, el concepto de alquimia va más allá, ya que abarca nuestra psique y con ello nuestra capacidad de transformarnos.

En los libros secretos de la historia, se hace reseña del plomo para referirse a un material que no es puro, por lo cual su valor no se aprecia. Lo mismo suele ocurrir cuando se hace referencia al oro, el cual es exaltado como un metal noble, puro y por demás valioso.

Pero para que haya un proceso transformador del plomo al oro, debe existir lo que se conoce con el nombre de piedra filosofal la cual no es tangible,  sino algo capaz de propiciar dicho cambio o transmutación. Por lo que podemos concluir que la abstracción de la terminología es lo que nos lleva a comprender lo que en realidad es la alquimia.  

Posiblemente esa Piedra Filosofal no se ha perdido en los anales de la historia, sino que siempre ha estado con nosotros aguardando a que la descubramos en cada uno y transformar el plomo en oro.

La totalidad, el inicio de todo

Todos partimos de un espacio donde no hay nada y lo hay todo, la totalidad de nuestro ser, donde no hay tiempo, límite, sentimientos, creencias, el estado más puro y genuino.

Una vez que pertenecemos a una familia y se nos introduce en una sociedad con determinadas costumbres, desarrollamos un estado dual en el que se imponen barreras y límites al pensamiento y a ciertos circuitos.

Es así como inventamos conceptos abstractos como la soledad, la culpa y con ello el castigo para mermar lentamente nuestra esencia pura y llenarla de impurezas que se reflejan en la gran variedad de neurosis, conflictos, sufrimientos, y toda una vida de esa pseudorealidad.  

Reescribir nuestras propias páginas

Todo lo anterior solo es el reflejo de lo que en realidad podemos hacer, y es volver a escribir ese proceso alquímico en el que se alcanza la posibilidad de descubrirnos. Saber que nuestro propósito de vida se encuentra en la recompensa, debido a que no existen obstáculos sino ambos lados de nuestra existencia.

Entonces nuestro equilibrio proviene de lo equilibrado que podamos mantener nuestra vida, por lo que la piedra filosofal no se encuentra fuera, en alguna religión, costumbres, ritual o lugar, sino que ella es inherente a nuestra naturaleza, solo tenemos que alcanzar la conciencia de ello.

Dañarnos o salvarnos sólo depende de la visión que tengamos de nosotros mismos, es decir, una conciencia de unidad.

Debemos trascender nuestra etapa de plomo, para despejar y hacer florecer ese oro que poseemos internamente siendo los protagonistas y dueños de nuestros actos, de nuestras conciencias y de nuestra personalidad. Debemos alcanzar la luz despejando y enfrentando nuestras sombras ya que de otra manera esto no es posible. Romper las limitaciones, las vergüenzas, esas negaciones que nos acompañan para estimular el proceso alquímico interno alcanzando y asumiendo nuestro gran potencial para retomar nuestra verdadera esencia.

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