el dolor de las emociones

¿Qué dolor causa una emoción?

¿Duelen las emociones?

Ibas caminando, a sorprender a tu amor en su trabajo, llevabas flores y una carta, ibas de sorpresa, llegaste sin avisar, cuando entras al centro comercial donde trabaja tu pareja, la ves besándose con su jefe muy acaramelados ¿Qué sientes? La respuesta a esta casi siempre es la misma ¡Sentí que me rompieron el corazón! Pero la verdad es que ese dolor  es tan real como se siente. 

Se trata de un dolor que se dispara por nuestro cerebro siendo más allá de lo puramente físico, nos permite ver desde una parte etérea, algo invisible, un daño más allá de lo físico, que nos duele en lo más profundo de tu ser. Cuando pasamos por una emoción fuerte, pasamos por un dolor inexplicable que no se sabe de dónde viene, pero se sabe que duele en el fondo del corazón.

Según investigaciones llevadas a cabo por doctores de la facultad de psicología de Los Ángeles, observaron mediante técnicas de neuroimagen, las áreas cerebrales que se activan cuando se experimentan emociones como el rechazo, indiferencia, exclusión, dolor o indignación y dieron con que son las mismas que se activan cuando se experimenta un dolor físico, lo que demuestra que tanto el dolor físico, como el emocional es percibido de la misma forma.

Este tipo de emociones puede ser tan destructivo, enfermizo e insoportable como el dolor físico, por lo que deben ser tratados con igual preocupación. Sin embargo, en muchos casos es menospreciado, no se le suele dar importancia y esto tiende a generar ataques de agresividad y violencia, ya que la persona siente que no la comprenden. El dolor del alma quema tanto como el físico, pasa por lo mismo que una herida física, debe curarse para que cicatrice, para que se vaya mejorando hasta curarse. 

Debemos ser muy cuidadosos y consecuentes con los dolores del alma y tenemos que también serlo con lo que decimos a los demás, ya que podemos herirnos profundamente con o sin intención, recuerda que el dolor es un aprendizaje y se debe vivir como tal, pero debemos respetar a los demás. 

De la misma forma en la que nos parece un error agredir o golpear a alguien, debemos tomar conciencia que algunas palabras y acciones también pueden generar dolor, y que lamentablemente son normalizadas.  La violencia verbal debe concienciarse que las personas sepan que se genera el mismo efecto. Hay acciones rutinarias que son supuestamente inofensivas, pero que pueden hacer realmente mucho daño al mismo nivel de una puñalada.

Hablar mal de otros, criticarlo a sus espaldas, dejarle de hablar a alguien sin razón aparente, tratar a otra persona con recelo, rechazarlo sin argumentos, herirlo verbalmente, burlarse o verlos con desprecio, pueden ser acciones que podrían llegar a ser muy dolorosas y en parte es debido a confundir lo normal con lo aceptado y lo aceptado con lo correcto. Ten más cuidado con lo que dices y sobre todo como lo dices porque puede ser muy mal visto por la otra persona. 

Hazte cargo de tus propias emociones y gestiona tu forma de comunicarte con los demás, porque al igual que una puñalada profunda, el dolor emocional duele mucho, se coherente e inteligente con tus emociones, siempre se empático y genera autoconfianza.

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