El placer tras la prohibición del orgasmo 

Al referirnos a la anorgasmia, nos viene quizás a la mente un hecho innegable que hace referencia a que las mujeres poseen muchas más terminaciones nerviosas en el clítoris, que el hombre en el glande. ¿Entonces cuál es la razón para que esta afección se presente en un número tan elevado? 

Pero iniciemos por lo primero, y es que la anorgasmia es considerada la incapacidad o bien, una dificultad exacerbada para llegar al clímax en un acto sexual, donde se produce una inhibición al momento del orgasmo relacionado con la respuesta sexual previa a la estimulación y excitación que se consideran normales. 

Los estudios arrojan estadísticas impactantes y es que, mientras en la mujer se reporta hasta un 50% de anorgasmia, en los hombres ni siquiera es de considerar tal afección ya que aunque se de, es poco frecuente. La anorgasmia se presenta en las mujeres de una manera primaria para las que no han experimentado un orgasmo, secundaria para quienes sí han vivido experiencias de orgasmos pero que éstas han cesado, y las situacional que se presenta sólo en momentos específicos. 

Siendo catalogada como una disfunción, y al igual que todas las que se clasifica en la misma categoría, esta posee un componente psicológico determinante que permite su comprensión y eventual abordaje de manera clínica.

Ahora bien, vamos a desglosar los factores que intervienen como factor de común denominador en la psique de todas esta mujeres que presentan tal disfunción sexual, y es que según las investigaciones su origen es múltiple donde se encuentran mezclada una cuota de ansiedad ligada a una gran y concreta expectativa, la culpa es un sentimiento que tiene presencia en este proceso y viene marcada por el tipo de educación y creencias represivas, una confianza disminuida y por ende, la carencia de autoestima, sin mencionar otros.  

La información que se tenga sobre determinada situación, nos puede brindar ayuda o por el contrario hundirnos en la peor de las situaciones. Por ejemplo, existen conceptos que posiblemente manejamos de la misma forma como coito y sexo y esta se encuentra determinada por la extendida creencia de que el sexo solo tiene funciones procreadoras, es decir, para dar origen a una vida. 

Esta visión limitante del sexo y el coito, encasilla la verdadera conexión que se produce entre dos personas a solo una formalidad o quizás un trámite por lo que se abre paso a una serie de exigencias, expectativas y además deberes, por lo que al controlar lo que debe ser incontrolable, la dificultad ante ello se hace presente con un saldo insatisfactorio.

Todo lo que de forma subjetiva se implante en nuestra mente y que sea proveniente de determinadas creencias, marcará nuestra interpretación de la sexualidad y con ello, su manera de experimentarla. 

Esta forma de leer el mundo, forma parte de la herencia transgeneracional de toda mujer en la que prevalece el inconsciente colectivo ubicándola en el margen más vulnerable del padecimiento de trastornos referentes  al terreno sexual,sobretodo si de alcanzar el placer se trata.

Empleando a la Bioneuroemoción como una herramienta eficaz en el manejo adecuado de las emociones, esta propone que la anorgasmia podría relacionarse con diversas creencias y con ellas, un sinnúmero de conflictos emocionales que se relacionan con el hecho de no merecer o,  no permitirse o dejarse ir. Por lo que resulta importante tomar en consideración que esta disfunción se encarga de reprimir el lado del placer que genera el acto sexual, pero no así la reproducción. 

La visión reciente del inconsciente colectivo donde es mostrada como un acto pecaminoso alcanzar o tener placer sexual, así como conserva de manera solapada la dominación del hombre sobre sus esposa haciéndola ver como un objeto de su propiedad y no como su consorte, es lo que relaciona la vivencia del sexo como un abuso. Reflejando de esta manera que un sexo que no es debido, no se puede alcanzar y mucho menos ser disfrutado. 

De manera que, toda experiencia personal enfocada a este punto nos arrojará señas del contexto del que procedemos para comprender de mejor forma las razones inconscientes que posiblemente nos encaminan a dicha disfunción determinando nuestra manera de vivir y de percibir el mundo. La sugerencia se relaciona con la toma de conciencia de todas esas creencia o informaciones solapadas que provienen del inconsciente y que directamente condicionan nuestros actos y en donde la Bioneuroemoción resulta una herramienta  valiosa en el abordaje de este tipo de disfunciones, y no sólo para detectar estas creencias que limitan, sino para proporcionar un cambio de las mismas. 

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