La influencia de los astros en nuestro entorno

¿Cómo influyen los estados de la naturaleza en nuestras emociones?

Constantemente nos encontramos con personas que señalan que nuestros cambios de humor, comportamiento, suerte e incluso el amor depende de las estrellas, el cosmo, o cualquier otro evento natural. Y es que el desarrollo de las culturas ha dependido en su totalidad de la simbiosis entre las personas y la biología.  

La observación del comportamiento de los astros ha sido desde tiempo remotos, la guía sin discusión de todas las actividades que se llevan a cabo en nuestros entorno, para saber nuestra posición en el universo y nuestros estados. La distribución de cada uno de nuestros días y de sus actividades se han dispuesto en función a los cambios establecidos en el calendario, que a su vez, depende de la posición de astros como el sol y la luna.  

La importancia de los astros

Las enseñanzas, cultura y religión se sostienen en su mayoría en todos estos eventos astronómicos, sobretodo la judeocristiana que es la más difundida en el occidente del mundo. Al inicio de los tiempos, se observaba de manera detallada el comportamiento de cada astro y de esta manera, se reseñaron y agruparon en sistemas y constelaciones a los que se asignaron nombres asociados a criaturas o figuras, las cuales asociaron con diversas historias de la mitología para explicar su comportamiento y su relación con nosotros.   

Un ejemplo de ello, es la manera en cómo las religiones han usado esta simbología para explicar sus manifestaciones, una de ellas es el empleo de la cruz que se relaciona con el tránsito del sol por las distintas constelaciones y es el símbolo principal del catolicismo, en ella murieron personajes para luego ser redimidos en el solsticio de invierno y con ello el retorno de los tiempos mejores.

Con respecto al cielo, solo se trata de un reflejo de lo que en nuestro cerebro se maneja, es decir, el cielo es nuestra psique en donde construimos nuestra historia y actos, lo que somos y seremos.

El cielo es ese lienzo en blanco donde se traza lo que queremos y cómo le incluimos emociones, cualidades e intenciones para convertirlo en símbolos de nuestro día a día.  Por tanto, la manera que tenemos de encontrarnos a nosotros mismos, es poniéndole nuestro propio rostro al cielo. Es cuando entenderemos que la astrología no es más que ese conjunto de construcciones psicológicas desarrolladas en otros tiempos.

La influencia de los astros en nuestro entorno

Se ha demostrado que los astros si tienen influencia en nuestro entorno, por lo que nosotros no escapamos de ello. Ya que nuestra composición básica, es la misma que todos los seres vivos y por ello resulta lógico pensar en la existencia de una relación entre nuestras expresiones y la disposición de las constelaciones.

El muy conocido horóscopo occidental tiene sus bases en ello, y no solo él, pues el árabe,  el maya, el chino, el hindú, el celta y el gitano, hasta los orisha e indios del norte usaron las constelaciones para profundizar en la psique y de esta manera comprender el orden interno para ordenar lo externo.

De manera que, los individuos han aprendido a mirarse de forma sistematizada, proyectando su propio sentir para mirarse al espejo del cielo y la tierra. Las actitudes humanas están representadas por los arquetipos universales, es decir, los planetas y las constelaciones encargados de decir y dictar las pautas, la conducta humana en su proceso evolutivo interno que nos conduce directo a nuestra esencia, a lo que somos: el astro Sol.

Mirar al cielo en una noche de manera detallada,  podría ser el descubrimiento de nuestro camino, como un terreno infinito para construir posibilidades,  creando un inconsciente colectivo combinado para sustraer nuestras imágenes ancestrales y retornando a nuestros ser.

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